jueves, 26 de junio de 2014

Despedida.



Así, sin anestesia. Hasta debería ser sin palabras, pero, para ser honesta, difícilmente algo mío venga "sin palabras". Así que hoy, mientras estaba en el trabajo leyendo una crónica que me hizo pensar, decidí que hay que saber dar cortes en la vida. Quiero decir, hay que saber decir chau cuando corresponde. Esto no le quita mérito al hecho de haberlo decidido ahora, cuando siento que este espacio no da para más. No obstante, y como dice Cortázar, las cosas siempre duran un poco más de lo que deberían. Probablemente por cobardía, o por cariño, o por las dos.

Me encariñé con este espacio que fue muy mío y muy de los que tuvieron la amabilidad de leerme. Pude, más que nada, comprobar que todo comienza con un fin, aunque al principio no sepamos precisar cuál. Una vez que yo comprobé que no puedo seguir escribiendo en este espacio cuando ya no tengo la misma voz de aquella que escribía, me di cuenta que era hora de cerrar.

Algunos podrán mantener sus blogs toda la vida, 6, 7, 8 años. De hecho, hay gente que lo hace. Yo no puedo, particularmente con éste, porque para mi tenía un sentido que ya no tiene. No es desencanto lo mío, es realidad. Pero por si fuese desencanto, me parece que es hora de empezar en otro lado. Puesto así, suena muy cobarde. Pero no nos olvidemos que a veces un héroe es alguien que no tuvo el valor de ser cobarde. Hay que tener cojones. Yo los tuve, y no me fue muy bien. No los tengo ahora, veamos qué tal me va.

Veamos si el ritmo, la cadencia de estos pasos (seguros o flojos), me lleva a alguna parte. Que no sea siempre la misma, o yo diciendo lo mismo. Que se abran otros caminos.

A los que me acompañaron hasta aquí, les mando un abrazo, un beso, y una florcita (en maceta).


Y ahora se me ocurre algo: Qué tristes los blogs muertos, esos que no se actualizan más.
Y ahora me acuerdo: Que voy a mudarme a otro, que ni en pedo pienso dejar de escribir, que sino me muero. Así que pronto, pronto tendrán noticias de mí... una postal desde otro lado.


Ahora sí, chau. Nos vemos.


Emilie



martes, 17 de junio de 2014

12 segundos de oscuridad


De toda la gente que hay en el mundo,
de toda la que llegaremos a conocer
(que es mucha)
hay pocas, por no decir una,
o ninguna quizás,
que llegue a entendernos de verdad.


Hay momentos de calor
o guiños cómplices:
Todo eso dura
apenas unos segundos,
que hay que aprender a disfutar.


En algún momento
llegará otra vez
la oscuridad.
Y la vaga certeza,
que dura 12 segundos nomás,
de que todo vuelve a empezar.





* emilie 

domingo, 8 de junio de 2014

Preguntas a destiempo


Ciudad. Nubes imprecisas, formas del agua yendo hacia a la nada. Vahos acuosos del sinsentido, todo es una mierda desde que te has ido. (o yo me fui). La gente en las revistas literarias de alta gama reclama la desaparición del signo de puntuación con el que comienza la pregunta (¿).

Ya se perdió en el chat, ya se perdió en los 140 caracteres de Twitter. Ya se perdió, verdad?? En las actualizaciones de estado del Facebook, en el "vamos al ciclo del virla??" y en el "venis más tarde???". Creo que se perdió también en mis propias preguntas. Y tal vez por eso siento que falta algo. Siento que te miento cuando te digo que no espero nada, aunque ya ni siquiera te lo digo. Ahora, todo lo que queda es esta costumbre inútil, tan inútil de dejarte ir. Ya no existen las preguntas completas, se mire desde donde se mire. Yo nunca te las hice tampoco: tenía miedo de las respuestas que pudieras darme. Lo que sí hice, en cambio, fue dar las respuestas por vos. Y vos?? Vos me dejaste que lo hiciera. Y eso, bueno... eso no voy a perdonártelo. (aunque haya sido mi culpa).

Fue mi culpa, porque en realidad nunca quise realmente que nos llenásemos de preguntas; no las hubiera soportado, detro de un bolso tan grande como el que llevaba a L.P.

Tuve que vaciar todo... o al menos, hacer el intento. ahora lleno mis días de otras cosas. Hago este gesto, este pequeño gesto de luz que titila y casi se apaga. Busco a tientas el signo de pregunta que me falta. Y después te digo:


¿Estás ahí?


Dice Julio Cortázar:
“¿Por qué tan lejos de los dioses? Quizá por preguntarlo. ¿Y qué? El hombre es el animal que pregunta. El día en que verdaderamente sepamos preguntar, habrá diálogo. Por ahora, las preguntas nos alejan vertiginosamente de las respuestas.



                                                                                                            * emilie.