sábado, 28 de diciembre de 2013

Para qué sirven las despedidas



Julio Cortázar escribió una serie de interminables poemas para una mujer llamada Cris. Parecería que nunca terminaba de despedirse de la tal Cris. Es así como escribió "Cinco poemas para Cris" "Otros cinco poemas para Cris" y "Últimos cinco poemas para Cris".
Romeo y Julieta se dijeron mil veces buenas noches. "Mil veces peor, pues falta tu luz".
Jorge Luis Borges escribió más de un poema sobre las despedidas. En este momento, me acuerdo de uno que dice: Entre mi amor y yo han de levantarse
               trescientas noches como trescientas paredes
               y el mar será una magia entre nosotros.


Coldplay escribió una canción: We never change, do we? que para mi habla de una despedida. Hay cosas que nunca cambian. Una de esas, es que nunca dejamos de despedirnos. Así como dice John Mayer, en All we ever do is say goodbye. Hay otras frases de adioses que ahora no me acuerdo.


Sabina dice "Para decir adiós condios a los dos nos sobran los motivos". Hay quinientas mil canciones más. No sé a que quería llegar con esto. Las despedidas siempre me hacen perder algo. Después ando algunos días desorientada y siento que tengo que recuperar algo que dejé en algún lugar donde no recuerdo. Pasada la vaga sensación de pérdida, después otra cosa aparece. Pero por favor, que no aparezca.
Siempre hay algo de egoísta en una despedida. Como si una pequeña parte de nosotros se regocijara en creer que lo que pierde el otro es algo que nos llevamos nosotros. Y quizás es así, y capaz que por eso Benedetti termina una poesía diciendo:
"...gracias a vos he descubierto,
que el amor es una bahía linda y generosa,
que se ilumina y se oscurece,
según venga la vida,
una bahía donde los barcos llegan y se van,
llegan con pájaros y augurios,
y se van con sirenas y nubarrones.
Una bahía linda y generosa,
Donde los barcos llegan y se van.
Pero vos,
Por favor,
No te vayas."



domingo, 15 de diciembre de 2013

¡No es cierto que me fui!

A veces me pasa que me acuerdo de pedacitos de canciones, o de poesías, o de películas. Y paso semanas buscándolos, pensádolos. Pero a veces me olvido donde los escuché, o los leí o los ví y es una sensación un poco molesta. En el momento en que no estoy pensándolos, el recuerdo me vuelve, como ahora con dos pedacitos de letras que estuve buscando por días.
Quiero ponerlos aquí... no vaya a ser que los pierda otra vez.






Pedacito 1 - de la canción de Luis Alberto Spinetta, "Sin Fin"


Alguna vez, querida mía te pregunté, por un rayo que viste en la avenida.
Hoy ví uno igual, aunque es mejor... y presiento que el tiempo nos mira.
Acércate, sin acercarte, como un puente que salte la distancia.
Y al esperar, cuando ya no estás... nena veo que me cae el mundo a mí.

Desanda el día, para encontrarnos. Pregúntate, por las luces que viste en la avenida. Y no sé si al entender,
encierro tu alma, con mi dulce atención eterna.
Preparate, que el anochecer, se hace aliado de todas, todas nuestras heridas.
Descálzate ya, con tu soledad...
y que las horas no atrapen
tus alegrías,

que han de seguir,
como la vida.
Y al esperar,
cuando ya no estás...
nena veo que,
me cae el mundo a mí...
y es que además,
te agarraste el sol...
y no sé si al entender,
me libro del cielo,
y de aquella canción sin fin...



Pedacito 2 - del libro de Leo Buscaglia, "Vivir, amar y aprender" (página 18)
 ¿Recuerdan a Medea, la de la tragedia griega? En esa notable obra, cuando todo se ha perdido el oráculo le pregunta: "Medea, todo ha sido destruido, ha desaparecido todo, ¿qué es lo que queda?" Y ella responde: "Quedo yo."


N. del A: Frente a todos los pronósticos de catástrofe, este blog continúa. Igual que yo.