sábado, 10 de mayo de 2025

¿Por qué The White Lotus?

 

The white lotus: opening


No consigo entender qué tiene la serie The White Lotus que me ha atrapado. Su guión no es para nada brillante. Los actores, aunque conocidos, tampoco son la gran cosa. La fotografía es buena, sí, pero también ayudan muchísimo las locaciones, donde es difícil que cualquier cosa salga mal, estéticamente hablando: Hawái, Sicilia, Tailandia.

 

Ahora, comprendo que utilizan un recurso narrativo muy utilizado en cine: el flashfoward. En cada temporada, comenzamos viendo una muerte, o varias. El tema es que encuentran a gente muerta. Comienza con una escena en el futuro, cuando lo terrible ya aconteció. Lo que no sabemos es el quién, cómo, cuándo, por qué. Es ahí donde la serie regresa al pasado, para respondernos esas preguntas.


Season 3

Como cuando alguien nos ve de lo peor y nos dice: Cuéntame todo desde el principio (funciona también con el ejemplo opuesto, pero por algún motivo en esta sociedad nos vemos más predispuestos a escuchar desgracias que bienaventuranzas).

 

Queremos saber qué pasó con esa muerte. Y eso nos hace continuar viendo toda la serie. Una serie donde el leit motiv de cada personaje es algo que captás desde el principio, una serie donde se pueden perder tres capítulos y todo sigue más o menos igual. Es más: podrías ver los dos primeros capítulos y el último de cada temporada, y no te hubieras perdido de mucho. Y sin embargo...

 

LA VIDA QUE NUNCA TENDREMOS

 

Hay algo que nos llama la atención en The White Lotus, a todos nosotros: yo que escribo esto, ustedes que lo leen: el status.

Gente revolcada en reposeras a la orilla de la playa, cenando noche tras noche en el mismo hotel carísimo, en un incansable repeat de una vita contemplativa en donde darle 50mil euros a una prostituta es posible: solo debes pedírselos a tu papá.

 

Mujeres que alquilan un palazzo italiano entero por una noche, masajes que cuestan más que la cuota del seguro de tu auto. Tiene algo de atrapante ver cómo vive ESA GENTE. Esa gente que la mayoría de nosotros solo puede conocer de cerca por películas o series.

 

Season 2


La conclusión hasta ahora es: Muerte, Miseria Humana y Dinero (mucho dinero) son los tres grandes temas en The White Lotus. Son la miel y nosotros las abejas.

 

Esto, por supuesto, no es nuevo. Nos atraen esas historias. Como ejemplos en el cine y la literatura, se me ocurren El gran Gatsby, María Antonieta, Succession, La caída de la casa Usher, La favorita, y miles más.

 

 

LA VIDA QUE NUNCA TENDREMOS II

 

The White Lotus retrata a turistas ricos en resorts de lujo, exponiendo su hipocresía, sus mezquindades y traiciones, su desconexión con la realidad. También su aburrimiento, que intentan superar de las peores formas (no digo "peor" juzgando, sino en que van en contra hasta de ellos mismos).

 

Turbio es cuando algo no cuaja, pero de la peor manera: no podemos ver claro a través de las intenciones de un persona, de sus actitudes, de sus gestos: algo NO CIERRA. Son personas que juegan a juegos de poder en donde las apuestas son cada vez más grandes y lo que se pierde tiene que ver con los principios, con las virtudes, con el propio espíritu... (con su alma, si es nos ponemos más poéticos).

 

Entonces, me digo: yo, y ustedes que me leen, no jugamos en esas ligas. Y, en ese sentido, también estas series hablan de una vida que nunca (al cielo gracias) tendremos.

 

Season 1

Eso también es interesante de ver, más como un experimento sociológico. Ninguno de nosotros sabe cómo seríamos con esa cantidad de dinero. Entonces, como espectadora me hago algunas preguntas: ¿cómo pasan a reordenarse las prioridades de alguien cuando es multimillonario? ¿es igual nacer rico a hacerse rico en el camino? (ya sabemos que no) y miles de preguntas más que seguiré analizando.

 

En conclusión: Atrapada con una serie ridícula. Pero este espacio es también para eso: para compartir con ustedes mi banalidad. Que al fin al cabo, somos seres humanos. Seres humanos que miramos la vida desde ventanas del transporte público, de nuestros autos normales, desde ventanas y puertas... pero tranquilos en nuestra mente y en nuestro corazón, pese a todo.

 

Abrazos,

 

Emilia.

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