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The white lotus: opening |
No
consigo entender qué tiene la serie The White Lotus que me ha atrapado. Su
guión no es para nada brillante. Los actores, aunque conocidos, tampoco son la
gran cosa. La fotografía es buena, sí, pero también ayudan muchísimo las
locaciones, donde es difícil que cualquier cosa salga mal, estéticamente
hablando: Hawái, Sicilia, Tailandia.
Ahora,
comprendo que utilizan un recurso narrativo muy utilizado en cine: el
flashfoward. En cada temporada, comenzamos viendo una muerte, o varias. El tema
es que encuentran a gente muerta. Comienza con una escena en el futuro, cuando
lo terrible ya aconteció. Lo que no sabemos es el quién, cómo, cuándo, por qué.
Es ahí donde la serie regresa al pasado, para respondernos esas preguntas.
Como
cuando alguien nos ve de lo peor y nos dice: Cuéntame todo desde el
principio (funciona también con el ejemplo opuesto, pero por algún motivo
en esta sociedad nos vemos más predispuestos a escuchar desgracias que
bienaventuranzas).
Queremos
saber qué pasó con esa muerte. Y eso nos hace continuar viendo toda la serie.
Una serie donde el leit motiv de cada personaje es algo que captás desde
el principio, una serie donde se pueden perder tres capítulos y todo sigue más
o menos igual. Es más: podrías ver los dos primeros capítulos y el último de
cada temporada, y no te hubieras perdido de mucho. Y sin embargo...
LA VIDA
QUE NUNCA TENDREMOS
Hay algo
que nos llama la atención en The White Lotus, a todos nosotros: yo que escribo
esto, ustedes que lo leen: el status.
Gente
revolcada en reposeras a la orilla de la playa, cenando noche tras noche en el
mismo hotel carísimo, en un incansable repeat de una vita contemplativa
en donde darle 50mil euros a una prostituta es posible: solo debes pedírselos a
tu papá.
Mujeres que
alquilan un palazzo italiano entero por una noche, masajes que cuestan más que la
cuota del seguro de tu auto. Tiene algo de atrapante ver cómo vive ESA GENTE.
Esa gente que la mayoría de nosotros solo puede conocer de cerca por películas
o series.
La
conclusión hasta ahora es: Muerte, Miseria Humana y Dinero (mucho dinero) son
los tres grandes temas en The White Lotus. Son la miel y nosotros las abejas.
Esto, por
supuesto, no es nuevo. Nos atraen esas historias. Como ejemplos en el cine y la
literatura, se me ocurren El gran Gatsby, María Antonieta, Succession, La caída
de la casa Usher, La favorita, y miles más.
LA VIDA
QUE NUNCA TENDREMOS II
The White
Lotus retrata a turistas ricos en resorts de lujo, exponiendo su hipocresía,
sus mezquindades y traiciones, su desconexión con la realidad. También su
aburrimiento, que intentan superar de las peores formas (no digo
"peor" juzgando, sino en que van en contra hasta de ellos mismos).
Turbio es
cuando algo no cuaja, pero de la peor manera: no podemos ver claro a través de
las intenciones de un persona, de sus actitudes, de sus gestos: algo NO CIERRA.
Son personas que juegan a juegos de poder en donde las apuestas son cada vez
más grandes y lo que se pierde tiene que ver con los principios, con las
virtudes, con el propio espíritu... (con su alma, si es nos ponemos más poéticos).
Entonces,
me digo: yo, y ustedes que me leen, no jugamos en esas ligas. Y, en ese
sentido, también estas series hablan de una vida que nunca (al cielo gracias)
tendremos.
Eso
también es interesante de ver, más como un experimento sociológico. Ninguno de
nosotros sabe cómo seríamos con esa cantidad de dinero. Entonces, como
espectadora me hago algunas preguntas: ¿cómo pasan a reordenarse las
prioridades de alguien cuando es multimillonario? ¿es igual nacer rico a
hacerse rico en el camino? (ya sabemos que no) y miles de preguntas más que seguiré
analizando.
En
conclusión: Atrapada con una serie ridícula. Pero este espacio es
también para eso: para compartir con ustedes mi banalidad. Que al fin al cabo,
somos seres humanos. Seres humanos que miramos la vida desde ventanas del
transporte público, de nuestros autos normales, desde ventanas y puertas...
pero tranquilos en nuestra mente y en nuestro corazón, pese a todo.
Abrazos,
Emilia.
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