miércoles, 27 de febrero de 2013

Un método peligroso (2011)



 Un método peligroso (2011), peli basada en la novela homónima de John Kerr, es una joya para aquellos interesados en la biografía del médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo Carl Jung. Fiel a muchos episodios de su vida, esta película ahonda sobre dos de ellos: su presunto romance con Sabina Spielrein, paciente suya de 18 años, y la amistad y posterior ruptura con Sigmund Freud.


Ambientada en un Zúrich del siglo XX anterior a la Primera Guerra Mundial, nos muestra a un Jung joven, ávido de conocimientos, fascinado por los avances que con sus pacientes estaba logrando mediante el método creado por Sigmundo Freud, psicoanálisis o curación por palabra. A raíz de experimentar este método con su paciente Sabina Spielrein, comienza entre Jung y Freud una agitada correspondencia que terminará en un intenso encuentro entre dos mentes brillantes, que por desacuerdos de diversas índoles termina en su separación. Paralelamente a esto, se desarrolla entre Jung y Spielrein un tormentoso romance. 


Dos puntos a favor, son la fidelidad que mantiene respecto a la biografía de los personajes, y la actuación - impecable - de Keira Knightley.
Quienes hayan leído algo sobre el médico suizo Carl G. Jung, saben no sólo que fue un intlectual que indagó más allá de las bases sobre las que Freud fundó el psicoanálisis (razón de la ruptura entre ambos) sino que se  interesó en la vida espiritual del ser humano. Notó que muchos de sus pacientes enfermos de la mente, carecían de una guía espiritual fuerte en sus vidas, que no necesariamente tenía que ser la religión. A partir de allí nace su estudio sobre los arquetipos, de enorme validez académica para muchos intelectuales que lo sucedieron.

En cuanto a Sabina Spielrein, se convirtió a su vez en analista, y regresó a Rusia poco después de la ruptura entre Jung y Freud. Luego de este alejamiento, Jung sufrirá la más grande crisis de su vida, casi psicótica, de la cual saldrá victorioso luego de indagar en los rincones más profundos de su psique.



"Desde la mitad de la vida en adelante, sólo permanece vitalmente vivo el que está dispuesto a morir con vida. Pues en la hora secreta del mediodía de la vida se invierte la parábola y nace la muerte. La segunda mitad de la vida no significa ascenso, despliegue, incremento, exhuberancia, sino muerte, ya que su meta es el fin. La negación de la consumación de la via es equivalente a rehusarse a aceptar su fin. Ambas cosas significan que no se quiere vivir: no querer vivir es lo mismo que no querer morir. La luna creciente y la luna menguante describen una misma curva."

                                               Carl G. Jung.





domingo, 17 de febrero de 2013

Hacer el amor


Hacer el amor no tiene casi nada que ver con el sexo.
El sexo es un sencillo acto que ejecutan paquidermos, primates y equinos entre otros, por el cual el órgano sexual del macho introduce en la cavidad sexual de la hembra un fluido fecundador.
Hacer el amor, en cambio, es una deliciosa demencia voluntaria, a la que se entregan enamorados puros, solitarios fugitivos  por la cual se realizan expediciones larguísimas a los continentes desconocidos que todos tenemos sobre la piel y debajo de ella.



 Hacer el amor es más que recibir o entregar líquidos de consistencia viscosa y sabor agrio. Es lo que lo rodea, lo que precede y continúa. Y se empieza mucho antes de entrar a una habitación, muchísimo antes de ocupar una cama. 
 


 
Se comienza a hacer el amor con la mirada y la voz. Y cuando esto resulta insuficiente, se continúa con cada una de las neuronas, con cada nervio,
con cada arteria, con el calor de los labios, 





 con la ternura de las yemas de los dedos, con la ansiedad de las uñas, 
con la humedad cristalina de la punta de la lengua y, finalmente, se hace el amor con cada trozo de recuerdo, con cada sístole del corazón, con cada diástole, con cada frustración y deseo. 



Hacer el amor es utilizar el sexo para desintegrarnos por unos momentos y volvernos a reconstruir renovados.

 
El sexo es un acto de la naturaleza. Necesario para asegurar la continuidad de la especie.

Hacer el amor, en cambio, es una creación de la sensibilidad humana. Sin ninguna finalidad práctica... igual que la música, la poesía y el fútbol.



                                          Fuente: "Con mucho tacto". Carlos Chávez Toro

miércoles, 13 de febrero de 2013

Sobre como se empieza pensando en algo, y después elegimos lo que sentimos, y hacemos lo que es necesario hacer. O bien: PArte 2.




Hoy desempolvé la notebook. Afilé mi puntería para el tipeo. Abrí las hojas olvidadas no tan olvidadas de mi blog. Esta es la continuación de una entrada que escribí tiempo atrás, cuando las cosas eran distintas.  

Tenía más materias para terminar de cursar, honestamente no estaba con ganas de empezar mi tesis, y tampoco tenía esa sonrisa tan churita. Ahora la tengo, porque elegí...y estoy contenta con mi elección. ¿Qué tal? El 2013 comienza con una perspectiva de seguridad, de encaminamiento. Se que quedan muchas cosas por resolver... y eso es justamente lo que me entusiasma. 

Bienvenidos a quienes me acompañan. Habrase visto que no deje de visitarlos pese a mi prolongada ausencia. Sigamos haciendo lo que nos gusta. Y en esa lista, que entre también actualizar nuestros blogs.