lunes, 4 de marzo de 2013

Cada vez que decimos adiós, muero un poquito.

Hoy pensaba deprimirme un poco escuchando Elliott Smith (Nota: No estoy deprimida, pero siempre voy a sostener que escuchar a Elliott deprime) y en lugar de eso, por un milagro alfabético, encontré un disco de Ella Fitzgerald donde canta las canciones de Cole Porter. Y ahí encuentro esta cancioncita muy linda, que comienza con la frase: Cada vez que decimos adiós, me muero un poco.Y no me deprimí ni un poco. Me puse feliz de que hayan existido - y aún existan - voces fantásticas como las de Ella. Ideal para escuchar a la nochecita. No apta para detractores del jazz.




3 comentarios:

  1. dicen por ahi que no te tienes que sentir triste que te debes de alegrar por que sucedio, pero yo no lo se, tmb se vale estar chipil ¿no?

    te mando un abrazo guapa

    ResponderEliminar
  2. Bueno, yo creo que también hay que agradecer ese sentimiento, el de morirse un poco cada vez que decimos adios a alguien. Eso quiere decir que cada vez que nos encontramos nacemos otro poco....Bico

    ResponderEliminar

Sea brutalmente honesto.