- ¿La encontraste? - le pregunté
- No. Disculpame. Vas a tener que bajar vos.
- Pero... ¿vos buscaste bien?
- Sí, nena, busqué bien. Por eso te digo que bajes vos y te fijes.
- Ok... ¿venís conmigo?
- No puedo. Tengo que quedarme aquí. Mirá si llega mientras vos estás ahí buscando.
Yo lo miré con odio.
-Los dos sabemos que es imposible que eso pase - le contesté.
Él no me dijo nada. Yo tenía ganas de llorar.
- Bueno. Voy a bajar. Pasame una linterna, que no veo nada.
una maravilla
ResponderEliminargracias
Hermoso tu blog. Me encantó la sección de "Intrucciones"... te sigo! ;)
Eliminarla noche arde, son dos labios rojos y un té de esperanza.
ResponderEliminarLa noche arde para los arrancados y no hay poda que se le resista, ni linterna que los ilumine.
Un abrazo.
"Nada es suficiente para almas como las nuestras. Vagamos errantes, esperando que la noche venga y nos trague". (Nunca cuentes cuentos para niños, me dijo un amigo cuando le pasé este escrito).
EliminarGracias por leerme :)