viernes, 6 de julio de 2012

La reivindicación de lo material



Hay objetos que nos quedan de relaciones anteriores. A veces no podemos librarnos de ellos. A veces los tiramos y siguen ahí (simbólicamente) , a veces pueden robárnoslos y seguimos extrañando que estén. A veces se los devolvemos a la persona que nos los regaló (nunca hagan esto, es patético). El tema es que siempre nos quedan cosas cuando una relación se termina. ¿Qué hacemos con estas cosas? Sería bueno que desaparecieran por arte de magia, junto con esa persona. Pero además tenemos que tomar las decisiones sobre el destino de esas cosas. Es difícil escindir al objeto de la persona, y la reivindicación de lo material nos acecha desde nuestra mesa de luz, debajo del vidrio de nuestro escritorio, o pegada en la ventana. 
Hablo de cuestiones importantes. Hasta una anotación en una servilleta sirve. También cuentan las cartitas (pero ya nadie hace esto, más bien serían mails o msjes de texto), los muñequitos, los libros, los discos, los imanes y recuerditos.


Nos da pena tirarlos. O los tiramos enojados. Después nos olvidamos de que alguna vez existieron esas cosas. En mi caso, tuve que soportar el horror de ver a la señora que limpia mi casa con la remera de uno de mis ex. La había dejado en una pila aparte, y bueno, a ella le pareció buena idea usarla para limpiar. Traumático.


No sé por qué pienso en todo esto. Creo que es porque dos años atrás, un amigo me contó su teoría, más finamente elaborada, sobre la significación de las cosas antes y después de una relación. De cualquier manera, y sin ánimo de ser materialista, defiendo el papel de las cosas en la construcción de los vínculos. Tienen mucho más peso del que nos imaginamos. Sino, no nos costaría deshacernos tanto de ellas. Ojo que no hablo sólo de vínculos de pareja... los objetos están ahí siempre, listos para recordarnos cuánto nos quiere alguien, sea novio, familiar o amigo. Y cuando se termina... que sigan ahí casi parece una burla. 
Y mientras pienso cosas, vuelvo a los apuntes de Metodología. Ya la semana pasada, desde la abertura de una caja, a mi me tocó decirles adiós a muchas cosas.




6 comentarios:

  1. y no solo pasa con las cosas que tenemos guardadas sino tambien con cosas que vemos caminando por la calle y que(muchas veces) no sabemos porque pero tienen gran importancia saludos emilie

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  2. Si, las cosas. Uno cree que quedan ahi cuando el otro ya no esta pero tambien pasaran. Son fetiches que usamos para aferrarnos. Y encima la costumbre materialista de aferrarse cada vez mas a las cosas.
    Creemos que las cosas persisten despues de que partimos. Es una ilusion, como el olvido. Adios

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  3. 2 cosas

    1.- un objeto es todo aquello que no es el sujeto

    2.-

    http://goo.gl/x5fXv

    yo aun hago cartas

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  4. Bueno, pero tu planteo es muy metodológico, uno relaciona al sujeto con el objeto, y eso ya es simbolismo puro. Voy a mandar mi cajita a ese museo. Besote.

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  5. Lo peor no son los objetos en sí, porque estos los puedes donar, quemar tirar, quedarte con ellos, re-regalarlos, o devolverlos, lo peor son los recuerdos, esos nunca abandonan a nadie, un lugar una acción de un amigo o familiar. En fin yo creo que lo primero es superar la ruptura y después dará exactamente igual lo que hagas con los objetos porque no te afectará, a lo mejor esto es porque no soy esencialmente materialista, no lo sé, nunca me he puesto a analizarlo.

    Por cierto yo aun escribo en folio, no me es esencial el e-mail ni nada por el estilo, solo un complemento.

    Me gustó tu blog, a partir de ahora te seguiré la página y leyendo (no te sientas acosada) jaja.

    Saludos

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